La gran exposición de esta temporada en ParÃs es la dedicada a Marcel Duchamp en el Centre Georges Pompidou (aunque una más que despistada TV3 en el Telenoticies afirmaba que la exposición de la temporada parisina es la de Frank Gehry, sin percibir que según daban la noticia aparecÃa un gran cartel con el retrato de Duchamp detrás). Pero es una exposición del Duchamp pintor. ¡Hay tantos duchamps! Escribà sobre ello en otro lugar. Pero lo que me llama ahora la atención es que pudiendo elegir, se hayan decantado por la versión más tradicional y convencional del artista. Yo personalmente me habrÃa decantado por el Duchamp anticreativo, el que decide pillar un ready made a tal hora sin criterio ninguno, abriendo la puerta al corta y pega y a auténticos referentes actuales como Kenneth Goldsmith y su escritura no-creativa y no-imaginativa (hablaré de ello pronto).
Sin duda, el Duchamp anticreativo está muy lejos de la reclamación de la pintura que hace el Beaubourg. Esa reclamación de la pintura implica regresar a la idea de que lo que hace un artista sólo lo puede hacer él. ¡Que le den a Joseph Beuys y su idea de que todos somos artistas, porque todos somos creativos! Frente a ello: el arte como propiedad única.
Kurt Cobain decÃa que ser paranoico no significa que no te persigan. La declaración del lÃder de Nirvana bien podrÃamos aplicárnosla como una máxima de un pensamiento que se quiera crÃtico. Asà que, en plan paranoico, podrÃamos empezar a actuar como el agente Mulder de Expediente X y buscar pistas que pondrÃan a la operación del museo de ParÃs sobre Duchamp en el contexto de una conspiración global. Una conspiración que en el fondo lo que buscarÃa es darle la vuelta a aquello que creÃamos formaba parte del legado de los grandes artistas del siglo XX: Duchamp y el hazlo tu mismo; Beuys y el todos podemos; y Warhol y el cópialo.
¿Soy paranoico o estamos ante una usurpación del arte en toda regla por parte de unos pocos? Algunas claves de esa conspiración: ¿qué significa que los grandes coleccionistas de Miami abran sus puertas para enseñar aquello que les pertenece? se mira pero no se toca; miren las fotografÃas de los miembros rectores de los museos, a los patronatos, a aquellos que deciden que se expone y se estudia en museos públicos y pregúntense cuantos son electos o cuantos están por designio económico.
Un artista francés me comentaba que va a dejar el arte por el cine, porque aunque en cine parece que se manejan presupuestos mayores, al final accedes a mucha más gente y no sólo a una élite rica y poderosa. También afirmaba que ese abandono del arte tenÃa que ver con que antes aquellos que compraban arte lo hacÃan por interés en la cultura, por un deseo de apoyo más que de posesión. No ocurre asà ahora. Francis Alÿs, en una conferencia que circula por youtube, destaca como desde el 2008 el mercado del arte no ha hecho más que crecer, exponencialmente. ¿2008? ¡otra vez la paranoia! 2008 es el año de inicio de la crisis: crisis económica y crecimiento exponencial del mercado del arte. El arte como refugio económico de los poderosos implica entenderlo como valor y posesión expulsando cualquier posibilidad democratizadora, de distribución abierta, que permita el copia y pega. Hablaba de usurpación del arte por unos pocos, pero no lo es: es una compra en toda regla…