DAVID G. TORRES

Entrevista a Juan López

en Butlletí, Centre d’Art Santa Mónica, Barcelona, noviembre 2005

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¿Qué es "Para tu Tara", esa frase que da título a la exposición y que aparece en la instalación también?

Que pares tus problemas, tus enajenaciones...

No es una dedicatoria, sino del verbo parar.

Sí. Viene a decir "deja atrás tus taras". Aparece como en una valla publicitaria, como un cartel con un mensaje de ánimo para el espectador. Las frases con imperativos felices son parte del trabajo que hago en la calle.

¡En la calle!

Preparo paredes y pongo frases de este tipo. En las paredes en las que se acumulan carteles de conciertos hago bajorelieves con cutter, recorto frases y dibujos, buscando y sacando capas y colores. Y escribo mensajes de ánimo tipo "ten fe".

O "Para tu tara"

Lo de la tara también forma parte de un lenguaje privado. Así es como un grupo de amigos designamos a las "tonterías " que te pasan por la cabeza, tus complejos o lo que sea. Aunque tara tiene otro significado: se refiere a problemas físicos o al peso de los camiones, por ejemplo. En fin, tara como palabra no significa exáctamente lo que yo quiero decir, pero sí es algo que hemos adaptado al vocabulario. Y creo que sí se entiende la idea de tara como algo que estorba

Hablar de tara y tarados podría ser políticamente incorrecto pero en realidad es una palabra de jerga callejera, tan urbana como lo son los carteles de los que has hablado y la grada o el papel adhesivo de la instalación.

El papel adhesivo tiene que ver con el tipo de intervención en la calle que hacen las empresas de carteles y además es poco duradero, algo que me interesa mucho: siempre trabajo con materiales efímeros.

¿Por qué te interesan los materiales efímeros?

Viene de mi interés por las intervenciones en la calle. Creo que para intervenir en la calle hay que ser más "light" de lo que es el graffiti, por ejemplo: no hay que machacar la vista de la gente y, a veces, no se calcula el peso que va a tener en la una pared. Es una de las cosas que no soporto del graffiti, lo duradero que es.

Y lo convencional que se ha vuelto.

Sí, tiene que ver con todo lo que se está generando alrededor al hablar del cultura urbana, el graffiti, etc. No me gusta que me relacionen con todo eso, pero siempre aparezco ligado a este tema. Me relaciono con ese tipo de cosas porque es con las que me relaciono y ya.

Pero la instalación reconstruye un espacio urbano y recoge toda esa cultura.

Asumo que utilizo elementos urbanos como los focos y las farolas o las gradas, y recojo toda una cultura urbana, que es la mía. Mis referencias son el graffiti, pegatinas, carteles, fotocopias, fanzines. Todo eso está en las instalaciones o dibujos que hago, pero no es sólo eso.

Has montado unas gradas como uno de esos escenarios que se montan en los parques, en todo caso, un espacio de uso urbano; de esa grada salen unas bocinas dibujadas con cinta adhesiva gritando unos sloganes. Y eso ya no es real.

Es muy "Rogger Rabbit".
Mi idea es trabajar sobre el espacio de exposición, en este caso con objetos reales y motivos urbanos pero que en otro caso podría ser otra cosa, y modificarlo. Me interesa ver como puedo trasformar el espacio por medio de dibujo y objetos.

Trabajas con el espacio: el exterior cuando trabajas en la calle y el de los museos o salas de arte cuando te llaman para una exposición.

Sí.

El que te ha tocado en Santa Mònica es un paradigma de la habitación blanca, además en el último piso, con ventanales, elevado como la famosa cúpula de cristal del artista.

Al principio, cuando vi el espacio vacío, solo pensaba en abrir ventanas, me daba la sensación de estar en un pabellón de deportes. Y en la pared de la entrada con las dos columnas lo primero que visualicé fue un cartel publicitario. Esa ha sido la parte central de la propuesta, el resto sale a partir de ahí: la grada, por lo que tenía de pabellón de deportes y como complemento para la valla.

También hay un vídeo con una mujer de la limpieza, ¿limpiando el espacio?.

La primera idea era proyectarla a tamaño real en la sala y completarlo con dibujos, que es algo que ya he hecho en otras ocasiones, por ejemplo, con un vigilante de sala. Pero no salió. Lo que sí hice fue mandar un email de invitación con 15 segundos de vídeo en el que la mujer de la limpieza fregaba las letras de "estás invitado" del suelo. Ahora en la entrada de la exposición como recibimiento vuelve a aparecer fregando el suelo. También es un pequeño homenaje a los trabajadores, de los que formo parte.

Todo tiene un aspecto bastante precario, fundamentalmente el adhesivo que, además, está roto o despegado a trozos.

Vengo de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca y el tipo de trabajo que hacíamos allí era bastante punky, dejado y mal hecho. Esto se ha convertido casi en un marca generacional para todos, también para la gente que se ha enfocado al diseño por ejemplo

¿Cómo fue tu paso por BBAA de Cuenca?

Cuenca marca. Coincidí con un buen grupo de gente, que ahora trabajan en música, en diseño o en fotografía, y con los que seguimos en contacto, y además estaban como profesores Montesinos, Brea o Horacio Fernández. De hecho, el grupo que salimos de Cuenca, mantenemos una revista web, www.eroina-rgb.com, y tambien trabajamos como grupo en proyectos expositivos bajo el nombre Zumo Natural.

¿De ahí también viene lo urbano y la referencia, por ejemplo, al graffiti del que hablabas?

Lo que pasa es que ahora todo esos referentes están de moda.

Y ¿cómo te ves en medio de una moda?

Llevo cuatro años sin parar y veo que de aquí a un par puede haber un corte, que esto pase de moda y deje de interesar. Hasta que este fenómeno se acabe y yo tenga un nuevo trabajo diferente que me apetezca presentar y exhibir quiero seguir haciendo lo que ahora estoy haciendo, como esta instalación de Santa Mònica, pero de otra forma, al servicio del interiorismo, por ejemplo, o en revistas de tendencias. En fin, quiero pensar qué voy a hacer cuando pase este fenómeno y, al mismo tiempo, aprovecharlo para vender, en arte o en diseño o en moda.

¿Después de Cuenca y pasar por la feria de arte joven del Injuve en Madrid cómo llegaste a Barcelona?

Me dieron una beca Botín y pedí residencia en Hangar. Durante este año me fueron saliendo cositas, fuera de Barcelona, hasta que me llamó Fede Montornés, que había conocido precisamente en el Injuve, para hacer algo en Santa Mònica.

¿Cómo ves la ciudad?
Muy especialita y muy para dentro. Pese al rollo europeo es muy para aquí. A pesar de estar en Hangar, en estos diez meses he contactado con muy poca gente. La ciudad es activa, hay cosas a ver, se vive bien, pero hacerte un hueco y entrar en el círculo de personas que hacen cosas interesantes no es fácil. Y mi intención de momento es quedarme.

Y ¿cómo te ves a ti? con veintiséis años: Injuve, Casa Encendida, Botín y Santa Mònica.

Yo estoy encantado.


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