DAVID G. TORRES

Open Spaces; Arco 2002

en El Periódico del Arte, Madrid, febrero 2002

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Open Spaces; Arco 2002

Jerone Sans y Nicolas Bourriaud, director y codirector del recientemente inaugurado Palais de Tokio en París, son los comisarios de la segunda edición de Open Spaces en Arco, el programa que la feria dedica a intervenciones de arte público. Ambos comisarios han tenido que lidiar con un concepto complejo como es el de arte público. La idea de arte público se acostumbra a entender como decoración de la ciudad y sus espacios o como monumento conmemorativo, de tal forma que aparece ligada a la propaganda institucional y empapada de convencionalismo institucional y político.

Sin embargo, Jerone Sans y Nicolas Bourriaud, son conocidos por defender una visión del arte algo más transgresora. En su libro “la Estética Relacional”, Nicolas Bourriaud defendía el arte como un lugar de intercambio, de cruce entre el artista y el espectador en el que se ponen en cuestión precisamente los convencionalismos sociales.

Para este Open Spaces ambos comisarios han querido reflexionan sobre el papel que puede tener el arte en el conjunto de lo social. Su propuesta y la que hicieron a los artistas y galerías que participan en el programa está alejada de la idea de monumento tradicional. Frente a este concepto proponen el de “actuación artística” en el espacio público. Según esta idea, actuación artística implica intervención en el espacio donde el arte puede ser un elemento que cortocircuite la forma de ver y experimentar la ciudad. En su propuesta Jerone Sans y Nicolas Bourriaud se han planteado un tipo de intervenciones que necesitan que el espectador vaya más allá de la percepción pasiva de la obra y se involucre en la propia creación. Así el arte en el espacio público debe cumplir una función social en dónde se examina, perturba y modifica la experiencia de lo urbano.

La ciudad y el espacio público, cómo nos manejamos en él y sus códigos son algunas de las cuestiones más candentes del arte actual. Lo que han pretendido Jerone Sans y Nicolas Bourriaud es realizar una honda reflexión sobre el tema, en un momento en el que el arte contemporáneo rechaza con fuerza la idea de monumento y cada vez es más presente la necesidad de reforzar el carácter perturbador y cuestionador del arte. El planteamiento de arte público que proponen los comisarios de Open Spaces tiene que ver con el trabajo que realizan artistas como la pareja Plamen Dejanov y Swetlana Heger, Francis Alys o Rirkrit Tiravanija, y que se ha desarrollado en exposiciones como Squatters que el pasado verano ocupaba diversos espacios públicos de la ciudad de Oporto. En todos esos casos, es evidente que el arte público es entendido en tanto que actuación en un campo abierto, que tiende a cuestionar el conjunto de funciones de una ciudad o a resaltar elementos relacionados con la propia convivencia cotidiana, activada por el poder del ciudadano al margen del poder institucional. El actual concepto de arte para el espacio público tiene que ver directamente con la idea de actuación pública que defienden Jerone Sans y Nicolas Bourriaud y que implica la consideración de la obra de arte más allá de su forma y más allá de ser un instrumento decorativo, como un lugar de cruce y de encuentro que tiene un importante valor político y ético, en tanto que cuestiona nuestras convicciones.

En esta ocasión, Open Spaces no sólo está presente en el exterior de los pabellones de Arco, como sucedió en la pasada edición, sino que también ocupa pasillos y zonas interiores de los pabellones. Así, se intenta evitar que, como sucedió el año anterior, se expongan obras en el exterior que no aguantan la climatología, en fin, cuyo destino, a pesar de exhibirse a cielo raso, sigue siendo el interior. Al mismo tiempo, se amplía la idea de espacio público, demasiado limitada en la edición de 2001 en la que únicamente se consideraba espacio público el exterior, la calle.

Pero, a pesar de todas las buenas intenciones y de la intensa reflexión de los comisarios sobre el significado que arte público pueda tener en la actualidad, el resultado del programa Open Spaces es desigual, por la sencilla razón de que la selección está hecha sobre galerías y no sobre el trabajo de artistas. Como ocurre siempre, algunas galerías han querido ser fieles al proyecto de los comisarios y han seleccionado artistas cuya obra sí se adecua a los conceptos defendidos por Jerone Sans y Nicolas Bourriaud, mientras que otras han seleccionado a artistas que continúan interpretando arte público desde la perspectiva del monumento.

Los artistas propuestos por las galerías seleccionadas para Open Spaces se enfrentan al espacio público desde distintas perspectivas. Al margen de aquellos anclados en un puro formalismo, obras como la de Chema Alvangonzález reflexionan sobre el mismo concepto de espacio público e intervienen directamente sobre la realidad. En su obra, interpreta la ciudad como un punto de encuentro y busca lugares llenos de connotaciones en un juego de sugerencias. Por otra parte, Mónica Fuster y Nicholas Woods realizan propuestas de carácter existencial en las que el objeto de reflexión es la propia cotidianidad y conceptos como público y privado. Finalmente, la obra de Olaf Moij está cargada de un sentido lúdico e irónico que cuestiona nuestros convencionalismos.

Chema Alvargonzález, con la galería Art in Progress de Berlín, expone una obra pública que realizó para la embajada suiza de esta ciudad titulada “More light / Más luz”, uno de sus últimos trabajos para un espacio público. La ciudad y el paisaje urbano contrapuesto a la naturaleza son los temas fundamentales de la obra de Chema Alvargonzález. A través de fotografías e instalaciones llenas de sugerencias reflexiona sobre la metrópolis y sus significados. En “More light / Más luz” proyectó sobre la fachada de la embajada suiza las últimas palabras de Goethe en grandes letras rojas, mientras que del interior de las ventanas del edificio surgían débiles luces azules. El resultado es una instalación efímera en el espacio público en la que, a través de la figura de Goethe, relacionaba la ciudad con una visión etérea y espiritual propia del romanticismo alemán.

La Galería Maior de Palma de Mallorca presenta el trabajo de la pareja de artistas Mónica Fuster y Nicholas Woods. Ambos artistas trabajan en colaboración en múltiples proyectos. En su obra se apropian de materiales domésticos e industriales; con objetos reconocibles crean escenarios de mundos paralelos y de sueño. La obra que presentan en Open Spaces está hecha con una serie de grandes bolsas de plástico trasparente rellenas de helio, de tal forma que aparecen flotando. En su interior han colocado reproducciones de objetos domésticos como una cama, sillas o mesas. Mónica Fuster y Nicholas Woods reflexionan sobre lo privado y lo público, la artificialidad y el quehacer humano en la sociedad moderna. La pareja de artistas utiliza conceptos como lo doméstico para proponer una cierta reflexión existencial en torno al individuo contemporáneo. Los espacios que han fabricado tienen un valor metafórico en tanto que oscilan entre esa necesidad de protección de la que intentamos rodearnos y su fragilidad y trasparencia.

Los “Hair cars” del artista holandés Olaf Moij son la aportación de la galería Aele – Evelyn Botella para los Open Spaces de este año. Los “Hair cars” son, como su nombre indica, coches peinados o coches con un peinado. Efectivamente sobre el techo de diversos automóviles Olaf Moij monta grandes pelucas con tupé. El coche se ha convertido en uno de los símbolos de la sociedad actual, un símbolo que identificamos con la personalidad o con el rostro (los faros como ojos...), lo que hace el artista holandés es llevar al extremo esa percepción del coche como símbolo con atributos casi humanos. Olaf Moij utiliza la mofa, el sentido del humor y la ironía para reflexionar sobre nuestros esquemas y arquetipos de comportamiento en la sociedad, al mismo tiempo, que muestra el límite ridículo de nuestros convencionalismos.

La selección de artistas y galerías para Open Spaces en Arco 2002 se completa con la Galería Punto de Valencia que ha seleccionado la obra de Ximo Lizana, artista multimedia que ha utilizado las zonas de paso de la feria, los pasillos. La Galerie Von Braunbehrens de Munich y Greenaway Art Gallery de Adelaida presentan dos obras monumentales de Trak Wendisch y James Darling, respectivamente. Finalmente, la Galería Manuel Ojeda de Las Palmas de Gran Canaria presenta obras de Juan Gopar y la Galería Vanguardia de Bilbao de José Zugastí.


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