Un breve recorrido que si no tiene que ver con la prostitución, sí con el sexo, venderse y lo escatológico, cagarla
por David G. Torres

1


4


7

8


10


(1) En 1898, Maurice Joyant, escritor, marchante, fotógrafo y amigo desde la infancia de Herry Toulouse-Lautrec, fotografió al celebre cartelista parisino durante una de sus estancias en  Crotoy, escenario de inspiración de Seurat y Sisley, en la playa cagando.

(2) El 26 de julio de 1975 se celebró el Canet Rock, un festival musical que, con Franco en las últimas, se convirtió en acto de afirmación para la generación “progre” y sus nuevos signos: la “nova canço”, el descubrimiento de la libertad y, claro, el sexo. Tras las canciones de la Orquesta Plateria, Maria del Mar Bonet o la Companyia Elèctrica Dharma, actuó Pau Riba. Salió al escenario en calzoncillos y tras haber ingerido algunos ácidos... probablemente, porque como el mismo ha declarado “no ho sé, la veritat és que no me'n recordo gaire” (“no lo sé, la verdad es que no lo recuerdo demasiado”).  En ese contexto progre y concienciado, Pau Riba deambuló por el escenario un rato, básicamente, gritando y aullando, en todo caso, no era un lenguaje reconocible.
En 1978 se reeditó revisado el doble LP de Pau Riba Dioptria, cuya primera edición era de 1971. El doble disco contiene temas míticos como Noia de Porcellana o Ja s'ha mort la besàvia. Es un disco ácido, y no sólo por las drogas y el tono desafinado, también porque “és una crítica ferotge a l’esperit petit-burgès i a la família cristiano-progressista entesa com a cèl·lula bàsica de la societat” (“es una crítica feroz al espíritu pequeño-burgués y a la familia cristiano-progresista, entendida como célula básica de la sociedad”), Pau Riba dixit.

(3) En 1979 los Sex Pistols ya no existían: Jonnhy Rotten abandonó la banda tras un desastroso concierto en San Francisco (pero tan significativo para Greil Marcus, que estaba como público, que le llevo a escribir “Rastros de carmín”) y Sid Vicious, tras la muerte de Nancy Spungen apuñalada, había aparecido, también, muerto por sobredosis. Pero, en un último intento por sacar algo más de dinero, a través de la provocación y el escándalo, de los Sex Pistols, Malcolm McLaren envió a lo que quedaba de ellos a Brasil. Allí, Paul Cook i Steve Jones grabarían un tema con Ronnie Biggs, el célebre atracador del tren del dinero del que se acababa de descubrir el paradero, como cantante y los coros de Bormann, que aparecía vestido de nazi.
Los Sex Pistols seguían siendo el grupo más odiado en Gran Bretaña, Bormann era un nazi buscado por crímenes de guerra y Ronnie Biggs un ladrón fugado: última oportunidad para sacar una buena tajada con la ayuda, como siempre, de Jamie Reid que se ocupó del cartel para promocionar el último disco (lo de menos).

(4) En el año 2000 Satchi expuso Hymn de Damien Hirch en su antiguo espacio londinense. Hymn es una enorme escultura que reproduce un cuerpo humano con los órganos internos a la vista: es una reproducción a gran escala deun famoso maniquí humano con fines educativos. Para exponerlo en las antiguas naves de Satchi fue necesario desmontar uno de los travesaños de hierro del techo y aún así el muñeco encajaba la cabeza entre las aguas del tejado. Se comentaba entonces que antes incluso de ser expuesta la pieza ya estaba vendida por la cifra récord de un millón de libras.
Además, parece ser que los fabricantes del muñeco original estudiaron interponer una demanda a Damien Hirch por copia, querían recuperar los derechos de su objeto. Finalmente llegaron a un acuerdo para evitar el juicio y se pago una indemnización a la empresa. De esta manera se rompía la impunidad del artista en el uso de imágenes y objetos.

(5) En 2002 presenté a Harald Szeemann al que había invitado a dar una conferencia en CaixaForum en Barcelona. Lejos de ofrecer un planteamiento ágil que uniese las virtudes de Documenta V que había comisariado en 1972 con la Bienal de Venecia que también comisarió en 1999, hizo un repaso tortuoso que acababa celebrando cínicamente la relación entre arte y economía (estaba inmerso preparando la Bienal de Sevilla). Y una terrible intuición se cernió sobre alguien que, al fin y al cabo, ha venido a definir el perfil del comisario free-lance: y si entre todos los participantes en la mítica “When attitudes become form: live in yoour heat” de 1969 en la Kusthalle de Berna, entre los Carl Andre, Richard Artschwager, Robert Barry, Joseph Beuys, Mel Bochner, Jan Dibbetts, Hans Haacke, Michael Heizer, Eva Hesse, Douglas Huebler, Edward Kienholz, Yves Klein, Joseph Kosuth, Sol LeWitt, Richard Long, Walter de Maria, Mario Merz, Robert Morris, Bruce Nauman, etcétera y etcétera éste no era el más listo, sino aquél que para que venga a la fiesta siempre le toca poner la casa...

(6) Otra vez Malcolm McLaren y su, hasta ahora, último intento para volver a sacar un lucro indecente. Tras los Sex Pistols se lanzó a la moda neoromántica y pirata recogiendo uno de los chicos fascinados por el Punk y reciclándolo en Adam & The Ants, luego jugaría a la mezcla de géneros con Madame Butterfly y tras alguna que otra aventura en 2003 declaraba haber descubierto la “Chip Music”. “Chip Music” es la etiqueta que Malcolm McLaren ponía a LSDJ (Little Sound DJ): básicamente música realizada convirtiendo pequeños aparatos “GameBoy” en artilugios para hacer música. Según Malcolm McLaren, la Chip Music estaba/está destinada a ser un éxito porque reúne autenticidad, simplicidad y popularidad, “háztelo tu mismo”.

(7) Antonio Ortega ha declarado que Pere Lluís Pla Buxó es probablemente uno de los artistas que más le ha influenciado. Pere Lluís Pla Buxó empezó pintando a finales de los sesenta, en los ochenta hacía pintura neoexpresionista, a mediados de los ochenta se interesó por el neoconceptual y la performance, hoy en día está interesado en la representación de ideas verbales y en terapias naturales.
Hace un par de años, Pere Lluís mostró a Antonio Ortega unas fotografías manipuladas que le servían de base para sus pinturas. Las fotografías se las tomó el propio Pere Lluís en diferentes poses para luego pintar sus cuadros. Pero fue el hermano de Pere Lluís quién las bajó de la cámara digital al ordenador y las modificó con un sencillo software, le gustaron tanto que las imprimió y se las colgó en el despacho; lo mismo le sucedió a Pere Lluís, que pasó a considerarlas obra. Las imágenes que sólo eran un útil para copiar habían seguido un proceso de sobrevaloración pasando a ser paulatinamente bocetos, dibujos y obra.
En consonancia con ese proceso de sobrevaloración,  Antonio Ortega utilizó el dinero para la producción de una exposición en el Museo de Reikjavij para comprar esos dibujos por un 800% del precio que Pere Lluís puso.

(8) En la presentación de los artistas seleccionados para los premios Altadis 2004 en el Palais de Tokyo de París, François Curlet presentó la pieza Charlie Brown. François Curlet ha tomado al protagonista de la tira cómica como una suerte de alter-ego. Así que preocupado cuando se dejó de publicar “Penauts” (la tira de la que era protagonista), le buscó un nuevo empleo en consecuencia con su calificación profesional: seguir vendiendo cacahuetes (penauts), pero ahora en el metro parisino. Para ello construyó un precario puestecillo con cartones para que Charlie Brown vendiera en el metro de París sus “penaults”, al igual que hacen muchas personas cotidianamente ocupando uno de los escalafones laborales más bajos. Pero, ¡un momento!, Charlie Brown es el alter-ego del artista: ¿es el artista un desheredado, un pedigüeño, ocupa el escalafón laboral y social más bajo? ¿es un vendedor de cacahuetes en la presentación de unos premios en un centro de arte?

(9) Nausea 2 es una película en vídeo del artista neoyorquino Guy Richards Smit, en el que narra el extraño día de una pareja de actores porno. La película mezcla lo porno con el tono melodramático de un musical de serie B. Ninguno de los actores de la película son, sin embargo, profesionales, sino que provienen del propio ambiente artístico de Nueva York, provocando un coctel de cutrerío, sexo y arte.

(10) El pasado 22 de diciembre, mientras en el MacBa de Barcelona todavía podía visitarse una gran exposición de Ignasi Aballí que bajo el título de “0-24 h” revisaba buena parte de su trabajo, Ignasi también participó en “Salir a la calle y disparar al azar”. Una presentación en un sótano en el que durante dos horas colgó, acompañando otras bagatelas, una bolsa llena de polvo. En concreto una bolsa de carnicería en la que había guardado el polvo que recoge de su taller y con el que luego reconstruye piezas como Personas hechas de huellas de personas en la pared. De esa bolsa ya no queda nada.


2


3


5


6


9
www.davidgtorres.net